Cordillera V es un torbellino de colores y vida se despliega ante mis ojos. Un campo de flores silvestres se convierte en un lienzo donde la naturaleza pinta con delicadeza y precisión. Las flores, en una explosión de colores y formas, se convierten en protagonistas de la escena, atrayendo la atención del espectador.
El oleo con espátula danza con la ligereza de la brisa, creando líneas que capturan la esencia de la luz y la fragancia. La técnica se funde con la emoción, dando vida a un campo que vibra con energía y alegría.
Las flores, en una variedad de colores y formas, se distribuyen por el lienzo como estrellas en el cielo. Algunas se abren en todo su esplendor, revelando sus pétalos aterciopelados. Otras aún están en ciernes, prometiendo un futuro de belleza y fragancia. El fondo, un cielo azul claro, sirve como marco perfecto para este espectáculo floral.
Es una oda a la belleza efímera de la naturaleza, un momento mágico donde la vida florece en todo su esplendor. Las flores silvestres, símbolo de libertad y alegría, representan la alegría de vivir y la fragilidad de lo efímero.
«Cordillera V» es una celebración de la vida, una invitación a contemplar la belleza que nos rodea y a apreciar la fragancia de cada instante. Es un recordatorio de que la naturaleza es una fuente inagotable de belleza y alegría, y que debemos cuidarla y protegerla.